Con la bajada de las temperaturas se reactiva la
presencia de los virus de predominio invernal, entre ellos el de la gripe (vamos mejor). De
hecho la culpa de que la transmisión de algunos de esos virus sea mayor en los
meses fríos no es de los microorganismos, sino nuestra. Las bajas temperaturas
hacen que busquemos un hacinamiento involuntario en lugares cálidos, que
ventilemos menos los espacios que habitamos, que estemos menos horas al aire
libre y, en definitiva, que facilitemos la transmisión de esas enfermedades de
uno a otro. Cien personas tosiendo y estornudando en el interior de un centro
comercial son mucho más peligrosas (para la salud de los que las rodean) que
esas mismas personas en un medio abierto, como puede ser un campo de fútbol.
Pero ¿debemos ser capaces de distinguir entre la gripe,
un catarro de vías altas y/o cualquier otro virus que produzca fiebre en la
época hibernal? Como paciente rotundamente no. La clínica de cualquiera de esos
procesos se solapa con facilidad, el manejo o tratamiento es el mismo, las
medidas de precaución para evitar su diseminación son superponibles y ninguna
de ellas necesita de antibióticos para ser curada. Como profesional -en mi caso
pediatra-, salvo para estudios epidemiológicos y en aquellos casos en que la enfermedad
aparezca en pacientes de riesgo, tampoco tendrá demasiada trascendencia saber exactamente
de qué proceso estamos hablando.
¿Entonces? Fíjate en la infografía los consejos son los
mismos para todas ellas:
- Aumentar las medidas de prevención para evitar su diseminación.
- Controlar el estado general, que nos servirá de indicador del transcurso de la enfermedad.
- Atenuar la fiebre para favorecer una enfermedad más confortable
¡Ah! sí, la música:
The Steel Wheels - Winter Is Coming
En algún lugar de Internet de cuyo nombre no me acuerdo (trataré de encontrarlo) decían que el contagio más frecuente en invierno se debía a la mayor humedad ambiental, que alarga la vida de los virus. Al fin y al cabo, en los centros comerciales nos hacinamos tano en verano como en invierno.
ResponderEliminarPerdón. La BAJA humedad beneficia la vida de los virus. Aquí está el enlace http://elpais.com/diario/2007/12/18/salud/1197932403_850215.html
ResponderEliminarAntes que nada gracias por tu aportación. Ese debe ser, probablemente, uno de los muchos factores que permiten que uno de los muchos virus invernales nos agredan con más facilidad. Como decía un sabio profesor mío "hasta que no se abren las ventanas de las escuelas se propagan los resfriados". Creo que algo hay de cierto en eso. Un saludo.
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