viernes, 30 de noviembre de 2018

¿Qué NO es Pediatría de Atención Primaria (PAP)?


Planea por redes un documento en el que, describiendo lo que NO es Medicina de Atención Primaria, desgrana una serie de premisas sobre lo que deberían ser las bases de la medicina en ese ámbito. (Acceso)
Pero... eso tampoco es exactamente la Pediatría de Atención Primaria. Alguien me alentó a hacer una descripción de aquello que un pediatra de AP con cierta experiencia y bastantes años de bagaje podía opinar sobre la Pediatría de Atención Primaria. Al final ha salido esto: 

-       La PAP no es un ente menor dentro de la especialidad. La PAP es, en si misma, una especialidad que requiere del estudio y manejo de conocimientos y habilidades que complementan lo asimilado durante el periodo de especialización. La PAP requiere de una formación reglada y un posterior reciclaje continuo para su aplicación en la atención primaria y así dar solución a problemas cada vez más diversos y complejos. La PAP tiene una entidad propia y preponderante dentro de la atención a la infancia.

-       PAP no es la entrada al sistema sanitario de los más pequeños. La PAP es el sistema sanitario de la infancia. La mayor parte de los problemas de salud en esa franja de edad se solventan en PAP. El programa de actividades preventivas se lleva a cabo en PAP. La vacunación se administra, en el entorno de los ambulatorios o en las escuelas, desde la PAP. Las actividades de salud comunitaria se hacen desde PAP. Los padres confían en su pediatra de PAP.

-       La PAP no es un compartimento estanco al servicio de otras especialidades pediátricas o de la pediatría hospitalaria. La PAP evoluciona dando respuesta a cada vez más problemas de la salud infantil.

-       La PAP no es únicamente manejar los problemas banales de la infancia. La PAP es hacer educación sanitaria frente a ellos. Es ofrecer recursos a unos requerimientos crecientes de la población. Es hacer contención de la demanda considerada por las familias como urgente, evitando su acceso a centros hospitalarios. Es una valoración constante frente a un grupo de edad predominantemente sano y una alerta continua ante cualquier proceso grave que surja entre todo eso.

-       La PAP no es la especialidad pequeña dentro de los centros de atención primaria. Es minoritaria, pero no menor.

-       La PAP no es la medicina del adulto practicada en niños. La infancia tiene unas características propias del desarrollo humano que condicionan sus patologías y trastornos. La PAP previene y trata esas patologías que poco tienen que ver con las del adulto.

-       La PAP no es un sistema de derivaciones a especialistas y a centros hospitalarios. La PAP es el eje vertebral de la salud de la infancia. Detecta, diagnostica, trata y hace el seguimiento de la mayoría de los procesos, sean agudos o crónicos. Da apoyo a las familias y las acompaña en los procesos de mayor complejidad. La PAP evita pérdidas de tiempo y de recursos a las familias y al sistema.

-       La PAP no tiene porque ajustar sus prestaciones a las que ofrece la medicina de familia. Su población diana, los niños, tienen horarios, hábitos y patologías distintas a las de los adultos. Los pediatras, a los que se debe atraer de otros ámbitos profesionales, también tienen sus connotaciones especiales en la PAP. Los horarios, incentivos, gestión del trabajo e incluso emolumentos no tienen porque ser la imagen de los de la medicina de familia.

-       La PAP no es una agenda ilimitada en la que a diario tenga cabida cualquier demanda. La PAP está habilitada para gestionar su propia agenda. Los profesionales de PAP tienen la capacidad de poner un límite a la demanda y decidir qué se debe hacer con el excedente de visitas. La PAP es la que mejor conoce la demanda que se genera y es la más calificada para aportar soluciones.

-       La PAP no es cantidad por encima de calidad. La PAP valora, dialoga, piensa, diagnostica, prescribe, informa, transcribe… y todo eso requiere de un tiempo. La PAP como centro de la atención a la infancia debe mantener un nivel de calidad irrenunciable.

-       La PAP no es la última opción para los especialistas recién formados que encuentran en el amparo del hospital, en el extranjero o en la medicina privada condiciones laborales más favorables. La PAP debe ser la ilusión de muchos especialistas recientes que deben ver en ella la oportunidad de desarrollar su vocación. La PAP debe atraer profesionales con horarios racionales, con cargas de trabajo sostenibles, con prácticas profesionales gratificantes e incentivando aquellas opciones más desfavorecidas. El profesional de PAP debe sentirse satisfecho con su puesto de trabajo, debe tener opciones a la promoción laboral más allá de los años dedicados al ejercicio de su actividad.

-       La PAP no es una labor que arrincone al trabajador hora tras hora en su consulta obligándolo a convertir su jornada laboral de principio a fin en un continuo de visitas. La PAP debe tener tiempo para hacer puestas en común con los compañeros, para el reciclaje, para la investigación y, porque no, para la socialización. La PAP debe formar a nuevos especialistas en PAP.

-       La PAP no es una medicina basada en ver un paciente tras otro sin discriminación ni límite alguno. La PAP debe tener la capacidad de poder adaptar los recursos a la situación. La PAP no maneja presupuestos generales, ni entiende de directrices políticas, ni ejecuta planificaciones estratégicas a gran escala. La PAP debe gestionarse por completo en pequeñas unidades productivas que conocen y adecuan los recursos a su realidad cotidiana.

-       La PAP no es una pieza más en un sistema sanitario basado mayoritariamente en la medicina del adulto. La PAP debe tener sus propias direcciones libre y democráticamente escogidas. Debe tener sus representantes habilitados en el global del sistema sanitario. Debe tener una opinión oída, respetada y aceptada.

La PAP no es, y cada vez menos, lo que parece ser la PAP.

Espero vuestras aportaciones sobre lo que NO es Pediatría de Atención Primaria para entre todos, construir una PAP mejor.


The Times They Are A-Changing. Bob Dylan