miércoles, 1 de julio de 2015

Mi ferretero y la vacuna del papiloma

-          ¡Joder! Se me ha vuelto a escoñar la puta tuerca del baño...  ¡Ala! ¡Todo perdido de agua!
Hartito de cambiar la dichosa tuerca una y otra vez opto por ir a mi ferretero de confianza a ver qué solución le ve al tema.
-         -  Está claro. Esas tuercas de baja calidad que compras en los súpers no valen para nada –dice Marc- mira, coge esta con paso de rosca de 6/3,2 que tiene una aleación de cromoli y está bañada en titanio y kevlar, con esto no tendrás problemas –añade mientras saca una tuerca de una caja donde las hay a miles-
-          - ¿Qué te debo?
-          - Uno con setenta
-          - Caray con la tuerca de los…

Y es en ese preciso instante cuando se me empiezan a agitar algunas neuronas:

-          ¿Y si Marc me quiere endosar esa tuerca porqué el comercial le da un bonus? No, no, imposible. Es mi ferretero de confianza, siempre resuelve mis dudas. Está un poco por la “pela”, pero es honesto.

-          ¿Pero… la tuerca la fabrican para quedarse con mi dinero? Sí, claro, la tuerca es de Ferrallados Gómez, una afamada marca que fabrica, vende y distribuye para ganar dinero. Nadie ha dicho que sea una ONG, pero su prestigio y calidad están fuera de toda duda.

-          Un día oí un comentario sobre un hombre que compró una tuerca de cromoli y al salir a la calle le cayó una maceta en la cabeza ¿Atraerán esas tuercas las macetas? Vaya tontería, le cayó la maceta porqué pasaba por debajo cuando se desprendió. Poco tiene eso que ver con las tuercas que llevaba en su bolsillo.

-          Ahora que recuerdo: leí no hace mucho en la prensa local que este tipo de material obstruye las tuberías y causa más problemas de los que resuelve, pero… ¿si Marc me lo ha recomendado por algo será, no?

-          Tengo en mente una vez que vino un fontanero a casa, me cambió la dichosa tuerca y en su lugar me puso una de madera –mucho más eco, me dijo- me cobró un ojo de la cara y la puta tuerca eco duró dos días.

-          He mirado en Internet y en tustuercasamigas.com dicen que las mejores son las suyas, aprietan menos y dañan menos las tuberías, pero, claro, no te aseguran que esté libre de fugas. ¡Vaya chorrada! ¡Precisamente lo que yo quiero es que no haya fugas!

-          Un señor dijo un día en la TV que esas tuercas no sirven para nada, que mejor poner un chicle de papaya usado por la masticación de un camello hembra bereber del desierto del Gobi da mucho mejor resultado… Vaya tontería, no? De ser eso cierto estarían todos los ferreteros y lampistas del mundo equivocados o dedicándose a la crianza de camellos de esos, desde luego eso no tiene ningún sentido…

Total, le pago a Marc lo que valen esas tuercas y me voy a casa dispuesto a cambiarlas. Y me pregunto: Si es tan fácil dejarte asesorar por quien entiende en algunos temas por qué se hace tan difícil en otras ocasiones.
Como pediatra estoy a favor de la vacunación, de todas las vacunas, entre las que incluyo la del VPH. Esa vacuna he tenido mala suerte (si es que una vacuna puede tener eso), se la ha culpabilizado en más de una ocasión de situaciones en las que poco tenía que ver y, precisamente ahí, es donde algunos colectivos anti-vacunas y similares han aprovechado para ir metiendo puyas, lo que ha facilitado que la población aumente su desconfianza y se sigan produciendo apariciones en prensa de supuestos desastres causados por la vacuna. Lo que vendría a ser la pescadilla que se muerde la cola versión vacunil. 
Son tantas las falacias que se han dicho sobre esa vacuna que no sabría por dónde empezar a desmentir: las niñas de Valencia, las de Asturias y las de Bogotá más falsas que “la niña de la curva”. Lo del mercurio, cero, lo del aluminio, menos del que ingerimos a diario en una dieta equilibrada. Lo de que una citología previene igual… ni de coña! A fin de cuentas... nada!


Moraleja: si quieres una buena tuerca déjate recomendar por quien entiende y en quien confías. 

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